Las chinches no son foco de infecciones, tampoco transmiten enfermedades. Pero son molestas y pueden causar ansiedad y problemas para dormir. Como parásito que se alimenta de sangre humana, su contacto con la piel causa picaduras que pueden causar un mayor o menor enrojecimiento y picor dependiendo de la sensibilidad de la epidermis.
Sus picaduras suelen ser indoloras y a veces imperceptibles, pero pueden causar irritación en la piel.
A veces, el pinchazo pueden causar una reacción alérgica por el anticoagulante que la chinche inyecta en la piel.
Las chinches suelen picar en las extremidades y dejan señales en línea, a diferencia de los mosquitos, que »atacan» de forma dispersa.
Lo peor para los afectados es saber su presencia. Es el efecto psicológico. La mera sospecha de que el colchón puede ser un nido de chinches causa ansiedad y angustia, sensaciones que desembocan, en ocasiones, en alteraciones del sueño e incluso insomnio.