Ganar Eurovisión no es fácil, pero que no te den ni un punto parece misión imposible. Pues no. Tres artistas españoles tienen el »honor» de no haber recibido ni un punto tras sus actuaciones.
El primero en sostener este »glorioso título» fue Víctor Balaguer, que en 1962, segundo año en el que participaba España, terminó el festival con »0 points». El cantante interpretó »Llámame» y fue bastante popular durante los años 50 y 60 en España. Curiosamente, Balaguer ganó el Festival de Benidorm y participó en el popular Festival de la Canción Mediterránea con «La muralla de Berlín».
Conchita Bautista fue la segunda que se fue a casa como llegó, vamos, con cero puntitos en su marcador. Su canción »Qué bueno, qué bueno» no funcionó en Nápoles en el año 1965 y, para evitar la vergüenza de ocupar el último lugar, Conchita lo compartió con otras tres artistas.
La última que logró 0 puntos en Eurovisión fue Remedios Amaya en 1983 en Munich. La artista, que salió a actuar descalza (a pesar de que le habían dicho que eso traía mala suerte), interpretó »Quién maneja mi barca» y el público europeo no entendió para nada el estilo flemenquito y la garra y el arte de la cantante. Remedios declaró en TVE en 2004 estar orgullosa de su participación en el festival. Desde entonces se ha dedicado al cante flamenco, bulerías, rumba…
Un punto se llevó Lydia. La joven cantante sólo sorprendió gracias a su vestido de Ágatha Ruiz de la Prada, pero su canción, que era soporífera, no gustó a nadie del Festival. Los TNT y José Guardiola volvieron a España con 1 y 2 puntitos respectivamente; y Raphael sólo obtuvo 9 puntos en sus dos actuaciones (en 1966 y 1967).
De los más modernos en Eurovisión, cabe destacar que Soraya Arnelas quedó penúltima en 2009. Aunque la artista lo dió todo en el escenario con su chorro de voz y su coreografía festivalera, se tuvo que conformar con 23 puntos y el puesto (también) número 23.