Colocar un micro en el jarrón floral de la mesa donde comían Alicia Sánchez-Camacho y la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez. Este fue el trabajo que realizó la espía encargada de vigilar a Victoria Álvarez con el fin de encontrar la conexión entre la trama del Palau de la Música y la familia Pujol.
La espía en cuestión se llama Elisenda Villena y es la hermana de la asesora jurídica del PSC. En declaraciones a RAC1, Villena admitió haber trabajado para el PSC, pero negó haber hecho escuchas, tal y como se ha denunciado los últimos días en diferentes medios de comunicación. Villena sólo ha admitido haber realizado trabajos de barrido en la sede del partido para averiguar si en las instalaciones había micrófonos ocultos, pero en ningún caso trabajos de espionaje a otros dirigentes políticos.
Elisenda Villena es hermana de Anna Villena, asesora jurídica del partido socialista catalán y coordinadora de la sectorial de Justicia y aseguró a este emisora que los trabajos encargados por el PSC «fueron unos servicios de seguridad dentro de la sede» y que se «quería mirar su seguridad y yo les estuve haciendo un barrido», ha explicado. Además, ha confirmado que siempre se realizaron servicios de seguridad con el PSC y que, cuando Método 3 tenía el encargo de hacer un barrido, «iba yo».
La detective ha destacado que las prácticas de espionaje son bastante habituales en los partidos, «todos los partidos que tienen necesidad de aportar evidencias ante un tribunal contratan detectives privados». En el caso de los socialistas catalanes, Villena ha dicho no saber si el PSC tenía sospechas: «Supongo que pensaban que podían tener micrófonos». Sin embargo, ha apuntado que las escuchas como las efectuadas en el restaurante La Camarga «no son habituales en ningún sitio» y que el trabajo de los detectives que trabajan para agencias como Método3 «no es de este tipo». También dice que «nunca he visto a nadie que las hiciera». Así que «los detectives privados trabajan al amparo de una ley, no somos espías».
Elisenda Villena ha reiterado que ella no ha sido la encargada de haber realizado las supuestas escuchas ilegales a la presidenta del PP catalán y a Victoria Álvarez. «No entiendo nada. No sabía ni que se hubieran reunido». De manera que «no he escuchado nada ni he hecho nada», destacó.
Donde hay un caso de espías están ellas
El diario El Confidencial señala que hay interesantes conexiones de la agencia con los socialistas. Esta cabecera recuerda que Ana, una hermana de Elisenda, trabaja en los servicios jurídicos del PSC. Su despacho oficial coincide también con el de otra hermana, Carina Villena, detenida, asimismo, en el marco de la Operación Pitiusa. Carina, igual que su hermana detective, era cliente de Tomás Ripoll, el intermediario en el tráfico de información confidencial.
Este diario destaca que Elisenda Villena y el propietario de la agencia Francisco Horacio Marco conocían muy bien el restaurante ya que la empresa estuvo al lado de La Camargo, por ello comieron varias veces allí.
Esta no es la primera vez en la que la empresa se mete en un problema por escuchas ilegales. En el verano de 2012, la Generalitat de Catalunya se personó en el sumario de la Operación Pitiusa, que abrió el juzgado de instrucción número 17 de Barcelona y que investiga el espionaje de una trama de corrupción que implica a casi 200 personas, entre ellas detectives, intermediarios, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y funcionarios de varias administraciones (Hacienda, catastro, Seguridad Social, administración local…). Esta trama extraía datos confidenciales de ciudadanos y empresas y los vendía para realizar informes.
Esta cabecera afirmaba que para esta red de espionaje trabajaban varios empleados y exempleados del Inem. Este organismo comparte oficinas con el Servicio de Ocupación de Cataluña (SOC) y de ahí el interés del Gobierno catalán en controlar el tema: sus instalaciones fueron utilizadas para nutrir la red de información confidencial.