La idea surgió en la última reunión del consejo europeo de ministros de Justicia y de Asuntos de Interior (JAI), celebrada la pasada semana con el trasfondo de atentados fuera de la UE, como el del maratón de Boston, y del fenómeno de los »lobos solitarios» como el que actuó en Londres, más el caso de los retornados que al volver después de ser entrenados en campos de Somalia o Yemen, son un peligro para la seguridad de los Estados.
Según ha explicado, en ese consejo de ministros se abogó por revisar la directiva marco de 2009 que tipifica el delito de terrorismo en el sentido de incluir también el llamado adiestramiento pasivo, y de ello ya ha hablado con su compañero de gabinete, Alberto Ruiz Gallardón, que tiene pendiente la remisión de una reforma del Código Penal.
Fernández Díaz ha detallado en el Congreso que ese adiestramiento pasivo podría recibirse «mediante proselitismo en las prisiones por parte de condenados por atentados terroristas yihadistas, en los centros de culto por parte de imanes, en las páginas web o porque han estado en esos campos de entrenamiento de Yemen, Somalia, etcétera».
Ante una pregunta del diputado del PP Francisco Márquez, el ministro ha recordado que los que adoctrinan sí están incursos en la definición de terrorista, pero no los que reciben esa formación terrorista, cuando a su juicio «resulta difícil de entender que una persona, que mediante las correspondientes investigaciones tiene acreditado que está adiestrándose en la comisión de delitos terroristas, no tenga la voluntad en algún momento de cometerlo».