Dilma Rousseff quiere seguir afianzando a Brasil como líder de la región y busca seguir integrando económicamente a Suramérica mediante el MERCOSUR. Asimismo sus energías para el desarrollo pasan por un apoyo y fortalecimiento de la UNASUR a fin de lograr un entendimiento en materias educativas, sociales, defensa de los territorios y búsqueda de la paz y desarrollo en América Latina.
Por otro lado, está la opción neoliberal representado por Aecio Neves del PSBD., que busca acercarse a la Alianza del Pacífico bloque que ya son parte países como Chile, Colombia, México y Perú, quienes siguen las directrices económicas y el consenso de Washington, FMI y Banco Mundial. Los dos sistemas se afrentan el domingo en las elecciones más reñidas de Brasil en la última década.
Pocas veces las previsiones electorales dan giros como ocurrido en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil. A pesar de que Marian Silva se suponía que iba a enfrentarse a la actual presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), finalmente lo hizo Aécio Neves, por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Los últimos sondeos predican una ventaja de la actual candidata que significa continuidad.
Fabricio Borges, especialista en Brasil del CIDOB asegura a www.teinteresa.es que mientras el partido de Dilma Roussef defiende el estado regulador de la economía, que le dio resultado durante los dos mandatos de Lula pero mientras que Neves le propone al votante un estado mínimo, que fortalezca el rol del sector privado, como ocurrió en la gestión de Cardoso.
Brasil vuelve así a 1994 cuando Cardoso (PSDB) se impuso a Lula (PT) en las presidenciales. Aunque en Brasil existen varias formaciones. El país se mantiene de hecho en un régimen bipartidista desde 1994 roto por los tres mandatos del PT, dos de Lula y el de Dilma.
La economía en el punto de mira
Brasil registró un crecimiento de 7,5% en 2010, pero ahora enfrenta, una combinación de un estancamiento económico y una creciente inflación. Desde que Rousseff asumió el poder en enero de 2010, el mercado bursátil de Brasil ha caído más de 20% y su moneda ha perdido un tercio de su valor frente al dólar. Los inversionistas creen que si Rousseff gana, el clima empresarial podría empeorar, y los mercados han caído cada vez que ella sube en las encuestas.
La presidenta Dilma Rousseff supera claramente a su rival socialdemócrata, Aecio Neves, en los sondeos a tres días del balotaje en Brasil, generando nerviosismo en los mercados ante la posible prolongación de un gobierno poco afín a las recetas liberales.
Tras la divulgación de los resultados, el real y la bolsa se desplomaron. La plaza bursátil perdió 3,24% y quedó en 50.713 puntos, mientras que el real cedió 1,08% y tocó la barrera de las 2,5 unidades por dólar por primera vez desde inicios de diciembre de 2008.
El mercado critica a Rousseff por su excesivo proteccionismo económico y por descuidar el crecimiento y la inflación, aunque su gobierno ha estado marcado por el impulso a los programas sociales, que han beneficiado principalmente a las clases populares y a las regiones más pobres del noreste del país durante los 12 años de gobierno que lleva el PT.
En cambio, se siente más cómodo con la posibilidad de un triunfo de Neves, que promete un giro liberal a la economía brasileña, reactivándola, con un discurso que busca conquistar a los desencantados del PT y a la ciudadanía que se verá afectada por el alza de los precios.
Los programas sociales marcan la diferencia en la campaña brasileña
En unas elecciones apretadas en medio de un auge de materias primas que se desvanece, los votantes brasileños están profundamente divididos entre los que tienen y los que no.
Los votantes pobres, beneficiarios de ayuda federal durante 12 años respaldan a Rousseff mientras que los electores con mayores ingresos, concentrados en las ciudades apoyan a Neves, del Partido de la Democracia Social, como el candidato del cambio.