Cada temporada de ‘Los Simpson’ está plagada de elaboradas relaciones de intertextualidad de carácter cinematográfico, literario o musical, entre otras, que nos remiten a películas o libros, bien como homenaje o crítica, pero siempre apostando por el carácter cómico e irónico hacia la referencia.
Este viernes, se cumplen 208 años del nacimiento de Edgar Allan Poe, un poeta ampliamente aludido en Los Simpson. Y en teinteresa.es no hemos querido dejar pasar la oportunidad de analizar uno de los capítulos más memorables de la familia animada y su relación intertextual con el poema de Poe ‘El Cuervo’.
El cuervo (The Raven) es un poema narrativo de Edgar Allan Poe publicado en la edición del 29 de enero de 1845 del periódico New York Evening Mirror del que existen infinidad de reimpresiones, parodias y versiones ilustradas. En este capítulo de ‘La casa árbol del terror’ (temporada 2, episodio 3, Treehouse of Horror, 1990) se homenajea al aún hoy considerado gran maestro del género de terror y uno de sus poemas más representativos.
El capítulo tiene un carácter metaficcional propio de la posmodernidad ya que, a diferencia de otras entregas, se evidencia que se está leyendo un libro y que la historia representada, donde Homer toma el papel de Edgar Allan Poe, Bart del cuervo y Marge de Leonor, es parte de la narración del poema que recita Lisa desde la casa árbol para sus dos hermanos.
El poema narra la misteriosa visita de un cuervo parlante a la casa de un hombre atormentado por la pérdida de su amada Leonor y el descenso de éste hacia la locura.
El segmento del capítulo a analizar hace una parodia homenaje, a través del poema versionado por Los Simpson, a la obra de Poe y, aunque si bien no es exacto, comparte el significado de la obra original. Es por ello que debemos hablar en términos de Gérard Genette de transtextualidad (la relación de un texto con otro texto) y, en consecuencia, de hipertexto (texto derivado), pues el capítulo de Los Simpson contiene gran parte de la esencia de la obra original a la que hace alusión.
Entre las similitudes más destacadas nos encontramos con el título del tercer fragmento de este primer capítulo de La casa árbol del terror, ya que tanto la obra original como la parodia comparten nombre: “The Raven”. Igualmente, los personajes y las relaciones establecidas entre ellos se mantiene. Así, hallamos a un Homer torturado por el fallecimiento de su amada, Marge, del mismo modo que el propio protagonista de Poe sufre por la pérdida de Leonor. El cuervo, con apariencia de Bart en Los Simpson, perturba la cordura de Homer y provoca su sufrimiento con la constante repetición de las palabras «Nunca más», tal y como lo haría el mismo animal en el poema de 1945 con su “nevermore”.
Edgar Allan Poe eligió un cuervo como tema central de la historia porque quería una criatura que no razonara pero que sí fuera capaz de hablar. Tomando como base esta explicación cobra sentido que sea Bart y no Lisa o Maggie quienes adquieran la forma de cuervo, pues el primogénito de la familia es problemático, malo en los estudios, con pocas ambiciones y, además, en el colegio se junta con gamberros y molesta a los más inteligentes. Incluso en un diálogo previo a la representación del poema Bart defiende su deseo de no tener que pensar:
Bart: Einstein que es la noche de brujas, deja ya ese libro.
Lisa: Te diré para tu información que me dispongo a leerte un cuento clásico de terror de Edgar Allan Poe.
Bart: Un momento… eso es un libro de texto.
Lisa: No te preocupes Bart, no aprenderás nada.
En conclusión Bart Simpson cumple con el simbolismo asociado al cuervo no solo utilizado por Poe sino recurrente en la mitología a lo largo de la historia, pues el cuervo a través del tiempo ha representado maldad, misterio y malos augurios.
Por otro lado cabe destacar una diferencia fundamental como es el papel del narrador, pues si bien en la obra original este es el propio protagonista, en Los Simpson no es la voz de Homer la que narra la historia, ni siquiera la de Lisa que sí comienza a recitar el poema, sino una voz over desprovista de cuerpo. Nos encontramos entonces con un narrador extradiegético.
Sin embargo, esta voz en la versión en inglés del capítulo es interpretada por James Earl Jones, reconocida por ser la voz de personajes tan populares como DarthVader en StarWars y Mufasa en El Rey León. Una voz muy potente que consigue llenar de sentimiento la parodia que, si bien en ocasiones se torna burlona, busca en primera estancia homenajear la célebre obra de terror.
La soledad, la idealización del amor, el predominio de lo inconsciente frente a la razón, lo misterioso, la melancolía… son características internas de la obra de Poe que se encuentran presentes también en Los Simpson, cumpliendo fielmente con el carácter intertextual que tiene este fragmento de la serie.
Versión ‘El Cuervo’ de Los Simpson
En un atardecer triste y quejoso
meditaba yo, débil y abrumado,
sobre un volumen de ciencias muy curioso
de temas que ya estaban olvidados.
Mientras cabeceaba soñoliento,
oí como si repicaran suavemente
en la puerta cerrada del salón.
“Será alguna visita, —pensé yo—
que está llamando a la puerta de atrás.
Es eso, sólo eso y nada más.”
Ah, recuerdo claramente
aquel diciembre anodino,
y el rescoldo mortecino
que hacía sombra en el suelo.
Mientras pedía vanamente
a los libros un consuelo,
por la pérdida de aquella
que los ángeles por bella,
quisieron llamar Leonor.
¡Oh hermosura excepcional,
que ya ha quedado sin nombre
por siempre, siempre jamás!
Me estremecí al ondular
de las púrpuras cortinas,
con ese ruido sedoso
del fantasma que camina.
Mi corazón temeroso
del pecho quería saltar,
y yo repetía angustiado
para poderlo callar:
“Es sólo un visitante que quiere entrar.
Es eso, eso sólo, y nada más.”
Mas de pronto mi alma tomó aliento
y sin dudarlo, lancé mi voz al viento:
“Señor —dije— o señora, lo lamento,
y os imploro perdón de corazón.
Pero ha ocurrido que,
como estaba yo medio dormido
y llamasteis tan sin hacer ruido
a la puerta de mi habitación,
pues apenas si os he oído.”
Y abrí de par en par:
oscuridad, tan solo, y nada más.
Di la vuelta tras cerrar;
sentía mi sangre caliente,
cuando de nuevo, oí llamar,
esta vez más fuertemente.
“Eso es —dije yo— eso es seguramente
que sin duda esta mañana
alguien dejó sin pensar
cualquier cosa en la ventana.”
Abrí de par los postigos
y entró, cual si fuera amigo,
con revoloteo ruidoso,
un cuervo majestuoso.
No hizo reverencia alguna,
y con un aire altanero
de dama o de caballero,
sin batir casi sus alas,
con la mirada despierta
saltó, se posó en la puerta,
luego en el busto de Pallas,
y nada más.
“Aunque tengas la cresta rala y lisa
no es tu actitud sumisa.
Tú, que por el margen de la noche vagas,
dime, cuál es tu nombre,
antes de que deshagas
lo que plutónicamente
te da el hombre, pájaro carroñero.”
De pronto noté el aire perfumado:
un invisible incensario balanceado
por ángeles cuyo tintineo
quedaba en la alfombra amortiguado.
“Miserable”, le increpé;
“Dios por medio de estos querubines
te envuelve en el descanso y el sopor
que alivian el recuerdo de tu amor.
Apura, apura este filtro que asegura
el no acordarte más de tu locura.”
Y dijo el cuervo: “nunca más”.
“Que estas palabras sean tu despedida,
pájaro demonio; —chillé furioso—
aléjate de mi vida,
ve a tu noche de plutonio
y no dejes pluma atestiguando la mentira
que tu alma invoca.
Mi rebeldía se ha convertido en ira.
Baja del busto de roca,
no busques mi corazón
y desaparece de mi habitación.”
Y dijo el cuervo: “nunca más”.
“No busques, cuervo, mi corazón,
desaparece de mi habitación.”
Y dijo el cuervo: “nunca más “.
Y el cuervo inmóvil,
cerradas las alas
ahí sigue parado,
sobre el busto de Palas.
Guardián inmóvil
de mi imagen muerta,
escudriña mi ser
desde la puerta.
La luz proyecta su imagen en el suelo,
donde yace mi alma sin consuelo.
Donde ya siempre mi alma yacerá
pues no podrá levantarse
nunca más.